1974-1980 Bogotá, París y la nueva casa
1974
Luego de muchos intentos de escribir un diario creo que debo abandonar la tarea. Nunca me queda bien. Escribo y rompo. Todo me parece una bobada. Vivo mucho más de lo que queda aquí.
Esta vez será la definitiva.
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Comparaciones:
En Pamplona estudiaba en la Santísima Trinidad, una escuela pequeña a dos cuadras de mi casa. Tenía tres amigos, y al irme me dio lástima. Solo me despedí de Olga.
En Cúcuta, con la abuela Zoraida, la tía Yayita y los primos pasamos la Navidad. Me gustaron las novenas de aguinaldos, los villancicos, la fiesta… También el calor. En Cúcuta hace mucho calor. Todos se quejan pero a mí me encanta.
El viaje por tierra a Bogotá, con mis hermanas Ligia y Fanny, fue muy pesado. Fueron horas en bus. Con dificultad dormí sobre las piernas de mis hermanas. Nos ahorramos el billete. En medio del viaje, pasamos por Berlín, un lugar helado del camino, y por Bucaramanga. En general, el frío me resulta insoportable.
Bogotá: una ciudad fría de edificios y calles amplias. En cuanto llegamos al apartamento, queremos ver las busetas que pasan por la Avenida Caracas.
Llegamos a este apartamento pequeño, de tres habitaciones, sala-comedor, un patio, cocina y una habitación “del servicio” que ha ocupado Jorge. Nada que ver con la inmensa casa de Pamplona. Apenas da abasto para nosotros, que somos diez personas. Yo duermo a los pies de mi mamá y Ligia en la antigua cama de mis padres. Si no nos movemos mucho, podemos dormir bien.
Lo que más me gusta de este apartamento es el patio. Aunque es interior, es grande, y lo separa del patio vecino un pequeño muro. Sergio ha usado la escalera de la cuna en que duerme para subir hasta la barda. Nos podemos sentar ahí y eso me gusta mucho. Es emocionante. Mi mamá dice que es peligroso pero nosotros no paramos de hacerlo.
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Estudio en el colegio de mis hermanas Patricia y Fanny, el Nueva Granada. Está aquí, en Chapinero, muy cerca de donde vivimos. Es una casa inmensa con muchas habitaciones. Solo somos dos niños en un colegio de niñas. Me gusta. Pasamos el tiempo jugando y fisgoneando por ahí.
Los vecinos de casa me caen bien. El hijo mayor, Coco le dicen, tiene mi edad. Me gusta jugar con él.
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Hoy he jugado con Germán, el otro muchacho de la clase. Como nos dejaron solos, jugamos a los médicos de las niñas. Yo había llevado el equipo de médico que me trajo el Niño Dios en Navidad. Luego, sin que nos vieran, nos salimos del aula, subimos unas escaleras inmensas y llegamos a un laboratorio. Había fetos en tubos de ensayo, de verdad; y animales disecados, y equipos de laboratorio, y todo estaba oscuro pues había unas inmensas cortinas que apenas dejaban entrar el sol. Las niñas dijeron que ahí habitaba una culebra inmensa. Hicimos tanto ruido buscándola que debieron escucharnos. Cuando estábamos bajando las escaleras apareció una profesora y nos dio una dura reprimenda. Ahora solo pensamos en volver a ese lugar.
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Quisiera vivir con mamá en París. En una casa grande con alberca para nosotros dos.
Me gusta ir a Mariquita con Óscar y Carmen. Vamos a un club de la Aerocivil y nos la pasamos muy bien. El lugar está en medio del campo, hay árboles, cocoteros, y una quebrada... Yo aprendo a nadar en una piscina natural inmensa. Óscar me enseña.
12 de febrero de 1975
He izado (creo que se escribe así) el tricolor nacional por mi “excelente comportamiento y notorio rendimiento”. Estoy en tercero elemental. La profesora Rosalba de Galarza me ha escogido porque he hecho todas las tareas durante la semana. El acta la firma ella y el rector, Ernesto Villamizar Daza.
El colegio queda muy lejos, en la 139 con séptima. Sergio y yo tenemos que tomar un bus que dura una eternidad llegando. Por eso nos tenemos que levantar muy temprano. Apenas puedo desayunar: un huevo y café que mi mamá me pone todos los días sobre la mesa.
Mi hermana Carmen se casó al escondido. Hoy nos enteramos de eso cuando ella anunció su partida. Un impacto familiar. Mamá no paraba de gritar, incluso la maldijo. Su salida de casa a encontrarse con Óscar, ahora su marido, me dejó un gran dolor.
Sábado 23 de agosto de 1975
Cumpleaños.
Aunque Sergio cumple el 18, y yo el 21 de agosto, mi mamá nos celebra hoy el cumpleaños a los dos. Han venido algunos amigos. Eduardo Murcia, entre otros. Él es el novio de Gloria y es muy amable conmigo. Me ha traído un regalo muy raro: un gran estuche con un cepillo para sacudir la ropa y un calzador.
21 de agosto de 1977
Yo tenía que haber nacido en París.
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Jorge me ha regalado una cajita de cerámica con una tarjetica dentro. Está hecha con sus manos, tiene el dibujo de una casita con una chimenea y dice “Para Isaías”. Él me dice así a veces y me resulta extraño.
26 de agosto
Nos mudamos. … Desde hoy vivimos en una casa con mucha luz. El barrio se llama “La Alborada”. Hay gente como yo, muchachos, y niñas de mi edad. Me encanta Marcela… la he conocido en el parque.
Por las tardes, luego del colegio, jugamos en los parques. Prefiero esto a quedarme solo en casa. Luego de que Jorge se fue a trabajar a Barranquilla, y Carmen se casó, los demás trabajan o estudian y nunca están aquí. Será por eso que mamá ha decidido dejarme las llaves de la casa. Ella llega después de las seis. La tarde la paso con Sergio, cuando él se queda en casa. Normalmente se va para estar con sus amigos (cosa que prefiero).
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Mamá ha tenido que irse de la casa, junto con Gloria, a Facatativá, a la casa de Luis Fernando, el novio de Ligia. No entiendo la razón.
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Le ruego a Dios que me ayude pasar la previa de Matemáticas. Además de que no me gusta esta materia, no le entiendo nada al profesor.
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Anoche dejaron dos fogones de la cocina encendidos. Como mamá no está, todos van por ahí, sin ton ni son. Me levanté temprano y me hice el desayuno. Los demás llegaron muy tarde y no se han levantado. Son las once de la mañana. Los domingos son raros…
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Hoy ha pasado algo extraordinario. Hace un rato, he tenido una discusión con Luis Fernando. Creo que lo de mamá y Gloria en Facatativá fue solo un plan suyo para tener a Ligia a su disposición. Sola y a su disposición. Así se lo he dicho, y lo he echado de casa cuando los sorprendí juntos… Él la tocaba morbosamente. Ligia ha estado de su parte. Luego me dijo que debemos estar bien con él puesto que ayuda a mamá y nos ayuda a todos. Dice que tuvo que proteger a mamá y a Gloria pues ellas estaban en peligro por un contrato que firmaron o algo así. Yo no le entendí muy bien pero en todo caso no creo que sea eso realmente lo que las ha llevado a tomar la decisión de ir a Facatativá. Luis Fernando no es de fiar.
Solo quiero dormir.
16 de septiembre de 1977
Todos hablan del Paro Nacional. Mamá tuvo muchos problemas para volver a casa anoche. La esperamos hasta las diez. Estuvo en el día apoyando las manifestaciones. Estábamos muy preocupados. Tiene miedo de lo que pueda pasar. Dice que el gobierno puede reaccionar de la peor manera.
Sábado 24 de septiembre
Hoy hago mi Primera Comunión. Con el grupo del colegio, del Liceo de Colombia. La ceremonia la oficia el padre José Miguel Miranda en la iglesia de los Santos Apóstoles del Gimnasio Moderno.
Vienen muchas personas a visitarnos. Gloria ha organizado la fiesta. Me alegro de que mamá y Gloria hayan vuelto a casa y preparado mi fiesta. Si no, hubiera pasado de largo el acontecimiento. Desde su regreso de Facatativá, Gloria está muy amable. Se ha encargado de todo, de los invitados a la fiesta, de la comida, de mi traje, del cirio y de los recuerdos del evento: unos monederos de cuero con mis iniciales GIFQ que me han encantado. Ojalá tenga muchos regalos de toda la gente que vendrá, además de mi familia. Aunque Carmen está tan gorda … tiene unos ocho meses de embarazo y apenas puede moverse. Con lo lejos que vive, puede ser que no venga.
Carmen, la chilena, exiliada, que trabaja con mi mamá, vendrá con su hijo, que es de mi edad. María Cristina Falla, la novia de Jorge que vivió en París, también. Me encanta oírle sus historias de la gran ciudad. Luis Fernando, aunque yo no le dirijo la palabra... Otros de mis cuñados actuales. También vendrán Coco y sus hermanas, y vecinos.
8 de diciembre
Me gusta encender velitas este día. Hoy lo hago con Lourdes. Nos quedamos ahí, frente a la casa, en el jardincito, prendiendo las velas y recogiendo lo que queda de cera. Con ella armamos una bolita. Dicen que si uno ilumina su casa con velas, pasa por ahí la Virgen. Yo creo que hoy puede pasar.
Diciembre de 1977
Luego de la fiesta del 24 de diciembre, pasamos unos días en San Andrés. Gloria nos ha invitado a mi mamá y a mí. Ver el mar ha sido una de las experiencias más intensas que he tenido en mi vida. Lo más simbólico es que, como se nos perdieron las maletas y Gloria se quedó en el aeropuerto, lo conocí de la mano de mi mamá. No teníamos vestidos de baño, pero una vez ahí ambos decidimos meternos. Reíamos a carcajadas por la aventura. De haber estado con Gloria, jamás lo hubiéramos hecho.
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Lo que más me ha gustado es el viaje en lancha a las islas del Rosario. La arena amarilla, los peces a la vista…
Algo me ha picado en el mar, una medusa o no sé qué. Tengo el pie hinchado.
1978
Otro año en el Liceo de Colombia. Inicio Primero de Bachillerato. Castañeda será de nuevo mi tortura. Lo detesto. Aprovecha que es muy grande para dominar a los demás.
20 de julio de 1979
Ha nacido Gerardo, mi sobrino. Yo seré su padrino. Desde ahora, la fiesta nacional que celebran cada año los militares tiene este sentido.