Sobre "Áspero cielo", de Fernando López

“Pienso en los huesos triturados y esparcidos en las salinas por los asesinos de nuestros compañeros, para borrarlos del mundo y la historia” (196-197), dice Matilde, uno de los personajes de Áspero cielo, la novela de Fernando López que realiza un paralelo entre 1970 y el año 2000 en Argentina: entre la clandestinidad de los combatientes del Hombre Nuevo” (35) y un “tipo de militancia” (197) distinto: el de la reconstrucción de una memoria histórica y la investigación de desapariciones forzadas. La novela cuenta la historia de un Juez “en reposo” luego del estallido de su corazón (11), quien, por distintas circunstancias, realiza la comparación. El paralelo se vincula con un asesinato y una saga que pone en tela de juicio la realidad de una justicia que no alcanza para todos y que fue “el sostén principal de las dictaduras que tuvimos” (232) .

“¿Cuál es el balance de la experiencia revolucionaria?…

--No sé si ha quedado algo –dice El Negro, después de reflexionar –¿Qué conseguimos? La izquierda estalló en pedazos, la derecha siguió adelante con su plan económico. Que no era de los milicos, era de los grandes capitales. Me parece que hicimos ruido al pedo –dice—. ¿Valió la pena jugarse por el Hombre Nuevo? Uno mira a los hijos y es como si se hubiera cortado la cadena de frío.”

Fernando López (Córdoba, Argentina, 1948). Áspero cielo. El Emporio Ediciones, 2007, p. 52.

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